Visitando el interior de La Pedrera, visita que recomiendo a todo aquel que le guste Gaudí, y paseando por todas las estancias de la casa vi en una de las habitaciones unos zapatos limpios y bien colocados, junto la mesita de noche. Me vino a la cabeza el relato de José Martí "Los zapaticos de rosa", guardados como oro en paño.
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